¡Tierra a la vistaaaaaa!¡Qué calorcito húmedo nos ha recibido!
Juan, el chófer de la embajada nos ha esperado en el aeropuerto con su pick-up para meter los baúles de La Bernalina que han llegado sin problemas ni desperfectos.
El hotel es una monería, en la zona colonial. Yo estoy en la habitación negra y Marita en la blanca, con nuestro aire acondicionado que sienta taaan bien...
Hemos probado la cerveza Presidente, muy rica y fresquita, que entra de lujo, en el bar de una española que lleva aquí treinta y pico años, muy cerquita del hotel.
Mañana partimos en busca de mi querida Raquel hacia playas perdidas por el norte de la isla, Punta Rucia y Samaná, así que estaré unos días sin hacer crónica. Prometo a la vuelta informar de todo lo informable.
¡Saludos desde el otro lado del atlántico!
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